LA RESACA DEL PODER

El Poder, con mayúscula, es espuma... Sus relatos también son espuma. Después de la batida espumosa, en una playa, queda la impronta que genera la resaca, que es la verdad de la espuma, lo que se oculta...

La impronta del poder es su relato oculto. Y eso es lo que aquí nos interesa.

viernes, 14 de noviembre de 2014

IRA CIUDADANA Y TIERRA PROMETIDA



Estamos sufriendo las siete plagas que van a dar al traste con el régimen del 78. La ira del pueblo (El País dixit) se ha encarnado en Podemos y sopla con furia, sin descanso. El temor está cambiando de bando hacia unos pocos que tienen mucho que perder. Pero el vendaval tiene que alcanzar una descomunal potencia para erradicar toda la miseria e inmundicia que se han ido acumulando en este país merced a las oligarquías vampíricas que se han ido sucediendo. Ellas dejaron pasar todos los trenes de la modernidad en su provecho, ellas montaron los sucesivos regímenes políticos, crueles unos, de apariencia democrática los menos. El último simulacro, el lampedusiano juego de la Transición: apariencia de cambio para que los que realmente mandan siguieran allí y, de paso, los verdugos y asesinos murieran en su cama mientras sus víctimas yacían sin ser llorados en las cunetas. Pacto desigual de los vencedores que dejaban participar en el convite de libertad vigilada a una izquierda que luego domesticaron, la de Felipe el giratorio, bendecido por Washington y Berlín. Así nos dejaron entrar en la EuroTierra de Promisión después de haber desmantelado la industria y la agricultura para no hacer peligrar el dominio francoalemán y convertirnos en reserva turística. Ahora Europa se ha convertido en vampira con acento teutón mientras nuestro desmantelamiento es total con la colaboración del gobierno más inepto y miserable. Y en esto llegó la profecía (15M) y finalmente la ira ciudadana.


No nos engañemos, ese huracán sanador no solo tiene que barrer la mafia políticofinanciera dominante, también arrancar las raíces de un mal muy arraigado en los comportamientos adquiridos de los españoles. Las conductas fraguadas durante la larga noche del franquismo han continuado en los nuevos próceres democráticos: autoritarismo, prepotencia, prevaricaciones, enchufismos y endogamias, lucro a partir del cargo, etc. Y eso ha afectado a muchos servidores públicos de responsabilidad inferior tanto como al tejido empresarial. Eso explica nuestra baja productividad en todos los frentes (también el científico), la endogamia de nuestros tejidos sociales, el desprecio de la excelencia, el machismo, el despilfarro, la falta de respeto a la naturaleza y a los animales, así como las pequeñas corrupciones de cada día. Es verdad que tenemos una herencia inquietante que viene de Roma y ha sido moldeada por el catolicismo indolente, pero me niego a pensar que sea determinista, que el español tenga el ADN del lazarillo de Tormes. Todo es cultura y la cultura política se conforma con leyes, educación y civismo. El vendaval regenerador tiene que acabar con esos usos y costumbres heredados de los paterfamilias, el cardenal Cisneros y las cacerías franquistas para alumbrar otros fundamentados en los comportamientos democráticos, honestos, excelentes, cívicos, solidarios, ecológicos, nada machistas ni endogámicos Los dos aliados de ese reto son las leyes -la ley antitabaco y la de tráfico han demostrado hasta qué punto comportamientos incívicos se reconducen aquí- y la educación. Pero las leyes no podrán ser operativas sin el previo desmontaje del tinglado mafioso de compadreo entre poder económico y político, y para ello se requiere previamente desalojar a los protagonistas de la corrupción sistémica: no valen medidas cosméticas, el delincuente no puede perseguir el delito. Tampoco basta con cambiar a la cabeza visible, como ha hecho el PSOE colocando a un mascarón telegénico controlado por la hija de un fontanero que a su vez colocaron los presuntos fontaneros de los ERE. El tejido está infectado y requiere una regeneración total Un cambio de régimen que tiene que protagonizar democráticamente la ciudadanía. Para eso están las urnas, que van apuntando en esa dirección... Luego, a través de un proceso constituyente, vendrán las leyes y el cumplimiento de los programas de regeneración, blindando los derechos sociales (educación y sanidad) y garantizando una participación democrática continuada y efectiva que fiscalice muy de cerca a los dirigentes con mecanismos revocatorios. Solo así, sin olvidar una reforma fiscal equitativa, España pasará de ser Corruptópolis a una democracia de alta intensidad. 

Aunque para alcanzar esa Tierra de Promisión los privilegiados tienen que ceder lo que no cedieron en la Transición y los verdugos franquistas (como Martín Villa, del PP, o el suegro de Gallardón) tienen que pagar. Entre tanto los partidarios de este latrocinio sistémico seguirán atacando con el grueso calibre del miedo, siempre en nombre de la preservación de nuestro sistema de libertades, a los que lo amenazan con populismos, radicalismos, chavismos”… Me temo que la ciudadanía indignada no se traga estas milongas y por eso aquellos se van poniendo más nerviosos Aunque resulte paradójico, el cambio cuenta con dos aliados importantes, Pedro Sánchez y, sobre todo, Don Tancredo Rajoy, ellos garantizan que sus partidos sigan apuntalando la casta y, por ello, una mayoría creciente de ciudadanos despiertos y responsables les irá abandonando con ira. La ira divina y las siete plagas auguraban en el Éxodo bíblico una tierra donde mana leche y miel”… Decía Salvador de Madariaga que, de todas las historias, la de España es la más triste, porque acaba mal. A ver si podemos conjurar esa maldición.


martes, 28 de octubre de 2014

LA REVOLUCIÓN YA ESTÁ EN MARCHA

            
                          Asamblea Ciudadana de Podemos Vistaalebre oct 2014


          Que nadie espere manifiestos, barricadas, comunas, represiones indiscriminadas.... Al menos en el Occidente desarrollado ahora las revoluciones no estallan, se van viralizando en el tejido social y sus redes. Sí, la revolución ya está aquí, en Grecia y en España, dos de los países más apaleados por el austericidio euroteutón y la tiranía oligárquica de los mercados. Aparte de esas afrentas, en el proceso revolucionario han desempeñado un papel fundamental las tecnologías digitales, que hacen posible una continua democracia participativa y han propiciado la crisis de los medios de comunicación tradicionales, nódulos que moldeaban los marcos mentales de la opinión pública. En este marco de cambio tecnológico y comunicacional, en España el desvelamiento de los desmanes, corruptelas y latrocinios sistémicos de la entente políticofinanciera han ido poniendo en evidencia que las miserias del régimen de la transición. Por ello una buena parte de la ciudadanía cada vez más informada, preparada y activa ha devenido sujeto revolucionario.
           
            La carcoma del sistema ha afectado a los agentes políticos y sociales implicados, más allá del eje tradicional izquierda/derecha, sustituido ahora por una nueva axialidad transversal los de arriba y los de abajo- que Podemos ha sabido capitalizar. No se trata de una estratagema demagógica; los datos avalan que la crisis ha beneficiado a una minoría enriquecida a costa de una mayoría pechadora. Los populares han gobernado para las oligarquías financieras al dictado de Merkel manteniendo su retórica de emprendimiento y clases medias: ¿no es eso populismo? Los escándalos que se van sucediendo son de tal calibre que van fulminando todos los mitos que el neoliberalismo había logrado imponer en el tablero social ante el mutis impotente de la socialdemocracia: la eficiencia gestora de la derecha (el gobierno de Mato, Gallardón, Báñez y compañía), su solvencia en el área económica (Rato, Blesa), su patriotismo (la cleptocracia organizada, Cataluña al borde de la secesión); si hasta la catolicidad de los populares está hoy en cuestión haciendo peligrar su ala fundamentalista Así pues, de la misma manera que por la independencia del Principat, nadie ha hecho tanto por el desencadenado proceso revolucionario como Mariano Rajoy Y su inepta continuidad es garantía para su triunfo. También contribuye un PSOE empeñado en apuntalar el caduco régimen -paniaguados y mascarones del pasado hipotecan su rumbo- con operaciones de maquillaje que ya no convencen a una indignadísima ciudadanía. La socialdemocracia no tiene lugar cuando el actual capitalismo financiero ha decidido cargarse el estado de bienestar y ella responde poniendo cataplasmas. La rosa huele a vieja política, a corruptelas y no va a limpiarlas un miembro de la Asamblea de Cajamadrid por muy telegénico que sea.


        
       La nueva política la encarna Podemos, heredero del espíritu genuinamente democrático desplegado en el 15-M, el partido X, las mareas y los movimientos ciudadanos, máximo capitalizador de la alternativa al régimen moribundo de la Transición. No tienen pasado y el futuro apunta en su dirección -democracia digital participativa, redes ciudadanas, inteligencia colectiva, rendir cuentas ante los votantes-, aunque tendrán que superar las tensiones evidenciadas en Vista Alegre entre radicalidad democrática y práxis política, ente asamblearismo y cúpula gestora iluminada Frente a ellos la crisis del ébola y de las tarjetas opacas de Cajamadrid, la indecencia tancredista de Rajoy y la vacuidad de Pedro Sánchez son síntomas del irreparable deterioro de un régimen deslegitimado moralmente. Como en el franquismo agónico, el búnker de la Transición se encastilla entre mentiras, falsas promesas (la recuperación económica) buscando el apoyo de una clientela zombi atenazada entre miedo, nostalgia, cinismo interesado y fundamentalismo (católico, constitucional, español). Entre tanto los sectores más avanzados y activos de la ciudadanía, azuzados por la generación más preparada a la vez que lastrada entre exilio y precariado (la vanguardia revolucionaria), ya han dado por muerto al régimen y buscan una alternativa a la que se va sumando día a día más gente desencantada. Segú que tomba.



viernes, 3 de octubre de 2014

GALLARDÓN Y LA CAMPANA DE HUESCA



Al ser retado a montar un Ubu President con Artur Mas, Boadella declaró la pasada Diada que no le daba ni para un sketch. Por ahora, pues la tragedia catalana lo puede convertir en un personaje con carácter... Gallardón ya lo ha conseguido. El periplo político de este ambicioso, que acaba en cruel naufragio y humillación, depara algunos relatos próximos al fatum trágico de Macbeth, Otelo o El Rey Lear Algunos argüirán que este peculiar ejemplar de la fauna ibérica no da para tanto: aquí todo es rebajado -sainete y zarzuela- o esperpéntico. Más bien creo que Gallardón es un Mefistófeles que ha vendido su identidad a un Diablo con las máscaras políticas que le convenían; primero fue el verso suelto progre del PP (la caverna mediática lo condenó al infierno), luego ha ejercido de valedor de las esencias conservadoras de la marca. Dos son los motores que explican ese copernicano vuelco: su desmedida ambición -solo le quedaba llegar a la Moncloa- y su lealtad al hombre barbado que le iba a alfombrar ese camino (también fue fiel a Aznar acogiendo a su incompetente legado embotellado). 

El otro drama que explica semejante proceder es La Campana de Huesca, macabro círculo que Ramiro II el Monje ejecutó con las cabezas de los levantiscos nobles aragoneses para escarmiento de sus pares. El exministro de Justicia recuerda a uno de esos cabecillas descabezados de la tragedia oscense, quizá porque no supo entrever el proceder rajoyano, que no avisa (aquel rey sí advirtió a sus nobles llevándolos al jardín y cercenando las flores que sobresalían). Ruiz Gallardón, patricio del PP, vendió su identidad por ascender y consiguió mucho, pero ha sucumbido acuchillado por un mediocre villano que maneja la trapera como nadie, a excepción de esa otra aristócrata de la Verbena de la Paloma que lo destripó antes en la pradera de San Isidro. Alberto, el trepa que mandó al diablo su identidad, era un caballero fiel con algunos principios que nada sirven en las peleas callejeras de la política actual. Años atrás pasó en el PSOE, cuando los descamisados arrinconaron a la vieja guardia del socialismo ilustrado... 

¿Es Rajoy un Maquiavelo galaico? Como su paisano Franco, más bien es una comadreja sin principios, esperando atenta y silenciosa a su presa con tremenda capacidad de adaptación e infinita paciencia; cuando llega su momento, es implacable. Estos marsupiales no soportan que nadie les discuta el territorio y son capaces de carroñar su propia especie. Así pues, La campana de Mariano amplía un círculo sangriento que empezó con los que se disputaban el dedazo de Aznar (Rato, Acebes, Cascos, Mayor Oreja) y se ha ido incrementando con las cabezas de Zaplana, Camps, Matas ¡Y que se preparen los que osen asomarlas!: Cospedal, Soraya, Núñez Feijoo, el progre de Extremadura”… Probablemente esas carnicerías son más fruto del mal agoiro galaico que acompaña a esa medianía presidencial que de un cerebro a la altura del malvado florentino Tanto da; los efectos son demoledores. Los más brillantes son masacrados sin piedad mientras que los mediocres o la calderilla ministerial se utilizan como escudos humanos ante potenciales errores y polémicas del Timonel (Ana Mato, Wert, Báñez); a los que defiendan principios (Fernández Díaz) no tardará en llegarles su hora, como les ha llegado a los grupos próvida y al obispado rouqueño (otro gallego depredador) que tanto maniobró para que la gaviota anidara en La Moncloa. Pero volvamos al finado Gallardón; su caso sería más patético que trágico si su implacable y paciente ejecutor no estuviera al timón de todos nosotros


viernes, 19 de septiembre de 2014

ESTABLISHMENT



                                 Fusilamiento de Torrijos (Antonio Gisbert)


Al quedar al descubierto las vergüenzas de la impostura neoliberal, parece que el pensamiento de izquierdas se rearma. Tras denunciar en Chavs (poligonero, cani, choni) el desprecio de las clases aseadas respecto al precariado creciente, el jovencísimo Owen Jones desenmascara los métodos de la clase dirigente político-financiera en The Establishment. En Reino Unido y en la globalidad se cuecen habas, a calderadas por aquí. Nosotros, gracias a los Católicos Reyes, tenemos el establishment más antiguo de Europa; del flirteo entre los nobles y el ponero estado monárquico depurado de infieles llegó el alumbramiento de un régimen señorial que duró hasta la Modernidad. Los intentos por contrarrestarlo fueron cruelmente reprimidos: rebelión comunera, Fernando VII desactivando la Pepa, los Cien Mil Hijos de San Luis, ejecuciones de Torrijos, Mariana Pineda; cuando su ascenso al poder nos metió tardíamente en la Modernidad, la burguesía se sumó a ese ciclo represor aliándose con los militares (y sus periódicas asonadas) para mantener el orden y al emergente proletariado a raya. La Restauración borbónica de 1874, que fue propiciada por otra asonada castrense, refrendó esas interesadas alianzas en el marco de una monarquía parlamentaria de alternancia bipartidista (conservadores y liberales) y con los derechos del pueblo en el limbo. De nuevo las subversiones fueron contundentemente abortadas por las fuerzas del orden al servicio de un Estado controlado por terratenientes, alto clero y burguesía. Pero los movimientos populares -socialistas, comunistas y anarquistas- ya habían cristalizado y su empoderamiento, con el apoyo de la burguesía ilustrada, abrió paso a la II República en 1931. El nuevo régimen reflejó el pulso entre las oligarquías y la ciudadanía ansiosa de cambios sociales y democráticos, pero, cuando esta pareció ganar la partida con el triunfo electoral del Frente Popular en 1936, irrumpió Franco para restaurar el orden sacrosanto a través de una planificada campaña de exterminio (Preston dixit).

            Las fuerzas fácticas disfrutaron de un ambiente propicio durante los cuarenta años de paz del franquismo para hacer florecer haciendas y negocios, en algunos casos a costa del sudor de los presos republicanos. La Segunda Restauración Borbónica de Juan Carlos I preservó la continuidad de esa clase dominante, se neutralizó la izquierda gracias a Carrillo y a Felipe González- y, con la ayuda de DHont, se reeditó el bipartidismo decimonónico en el marco de una constitución que deja igualmente los derechos de los españoles en el limbo. A las oligarquías de siempre se han ido sumando distintas oleadas de políticos (clase senatorial) que defienden este estatus a cambio de participar en puertas giratorias o en la cleptocracia organizada. Todo parecía irles bien hasta que la crisis económica, provocada por su avaricia, ha desvelado el inmenso entramado de corrupción que va desde la Corona hasta el alcalde de aldea, poniendo de manifiesto las inmundicias del sistema político. La ciudadanía está despertando y no se conforma con cambios cosméticos (un rey y un líder de la oposición más joven y telegénico), sino que parece entender que se requiere un cambio del establishment. La izquierda altersistémica, si logra ser empoderada democráticamente por la ciudadanía, tiene la llave. Pero el régimen se defiende y ataca para perpetuarse en una bunkerización que recuerda a la del franquismo, aunque esta vez recibe interesados espaldarazos desde el imperio neoliberal de Bruselas/Berlín. ¿Será posible esta vez romper el maleficio ibérico y canalizar la voluntad democrática de los ciudadanos sobre los intereses de las oligarquías dirigentes? Nuestra historia nos enseña que debemos moderar el optimismo y estar alerta.



lunes, 1 de septiembre de 2014

SANTIAGO Y ABRE EUROPA



Santiago es el gran talismán del establishment hispánico desde su irrupción como tempranero Estado en tiempos de los Reyes Católicos. Con solo advocarlo se defendía nuestra ortodoxia católica frente a sarracenos, protestantes y demás enemigos de la patria. El último en abrazar su espantajo ha sido un aborigen santiagués, ahora Presidente del Gobierno de las Españas. Y para ese abrazo sacro tan publicitado se ha hecho acompañar nada menos que de la emperatriz del Sacro Imperio del Euro. El mito parece que sigue funcionando... No obstante, existen razonables dudas de que Santiago el Mayor repose en esa tumba del Campus Stellae, pues no pocos historiadores cuestionan que el supuesto apóstol estuviera en Occidente e incluso algunos su propia existencia. De lo que no cabe duda es del clamoroso éxito del gran relato jacobeo que promovió, en primera instancia, el rey asturiano Alfonso II El Casto y que continuaron, corregido y aumentado, sus sucesores de las monarquías peninsulares. Nació así el itinerario de peregrinación más celebrado de la Cristiandad, que contribuyó al desarrollo, colonización y asimilación de las innovaciones europeas en unas asoladas tierras recién liberadas del dominio islámico.


Europa, con sus valores y su cultura cristiana medieval, se fue construyendo a través de esta Ruta Jacobea y esto tuvo consecuencias económicas, sociales y culturales muy beneficiosas para el desarrollo de los reinos hispánicos. Luego vino la interesada apropiación del mito por la Corona hispana unificada, en cuyo nombre se expulsaba a hebreos y moriscos y se defendían los principios de un régimen señorial, inquisitorial y ultracatólico. El Patrón de España pasaba a representar los valores que avalaban las intransigentes clases dominantes y sus relatos más o menos sacralizados. Rajoy ha intentado enlazar con esta rancia tradición pero añadiendo la nueva ortodoxia neoliberal de la Europa regentada por Merkel. Y la canciller ha entrado en el juego para lanzar este nuevo relato: la sagrada tierra de Pelayo y Santiago no tiene salvación más allá de este austericida pero escenario supervisado por el Sacro Imperio Germánico. Qué lejos queda esa Europa creativa, dinámica, que aunaba desarrollo económico y cultura de la mano de una original espiritualidad compartida. La nueva del free market predica grandes privaciones para los trabajadores de estas tierras meridionales, cuyas sisas en salarios van a engordar los bancos alemanes y el capital financiero globalizado, al tiempo que se limitan los derechos sociales y políticos en una democracia procedimental. Si Rajoy y Angela quieren apadrinar este nuevo relato jacobeo, poco ayudan a la fama del mito que, una vez más, tornaría a aliarse con los potentados que trincan y jeringan a una ciudadanía que, cada vez más despierta al menos en sus capas conscientes y dinámicas, ya no está dispuesta a tragarse los relatos interesados de las oligarquías, por mucho que los bendiga el botafumeiro. Se impone, pues, desde tierras ibéricas, relanzar un nuevo relato jacobeo que fomente la "peregrinación" sociopolítica de los ciudadanos europeos para rescatar los valores humanistas, derechos sociales, y genuinos valores democráticos (en las antípodas de la "regeneración" predicada por el PP) que hicieron grande este viejo continente y que han sido secuestrados por los intereses bastardos del capital financiarizado y globalizado. Santiago, como apóstol de Jesús, estaba del lado de los débiles y desposeídos, del lado del pueblo. Ya es hora, como hiciera Pasolini, de rescatar los mitos cristianos cooptados por los poderosos para sus genuinos destinatarios populares. Por eso el abrazo del pasado día 25 fue una horrenda impostura que debería ser denunciada por los que están en tránsito -los auténticos peregrinos- hacia una nueva Europa.