LA RESACA DEL PODER

El Poder, con mayúscula, es espuma... Sus relatos también son espuma. Después de la batida espumosa, en una playa, queda la impronta que genera la resaca, que es la verdad de la espuma, lo que se oculta...

La impronta del poder es su relato oculto. Y eso es lo que aquí nos interesa.

jueves, 16 de abril de 2015

LOS GATOPARDOS

                                    Il Gatopardo (Luchino Visconti, 1963)

Algo está mutando en las Españas. Los síntomas son recurrentes: desafección a los políticos al tiempo que se activa el interés por la Política, crisis del bipartidismo, el régimen de la Transición cuarteándose, desconfianza hacia un sistema económico y financiero al servicio de una plutocracia, hartazgo de corrupción y demanda de transparencia y democracia participativa… El 15M fue el catalizador de ese malestar larvado desde la crisis de 2008 que alcanzó su clímax con la “bajada de pantalones” de ZP, momento en el que visualizamos quiénes mandaban realmente. Gran parte del electorado progresista se inhibió y llegó la mayoría absoluta de Rajoy. Muchos en las clases medias le votaron pensando en que gobernaría para ellos, pero se ha puesto de manifiesto que el PP es una maquinaria populista al servicio de las oligarquías de siempre. Estos, los miedosos (¡qué vienen los bolivarianos!), fundamentalistas o patriotas irredentos y tontos que tragan sus falacias conforman una masa que puede quedarse en un 25 % de apoyo a una gaviota corrupta que vuela hacia abajo. Y en esto irrumpió Podemos poniendo en el centro del tablero un diagnóstico que una buena parte de la ciudadanía compartía: el sistema está gripado y corrompido. Los partidos del régimen movieron ficha con operaciones de lifting (Pedro Sánchez) o maniobras entre la ocultación y el despiste (Génova), Izquierda Unida sería víctima de sus propias contradicciones azuzadas por el vendaval Pablo Iglesias. El Ibex 35 estaba muy preocupado y puso todas sus baterías mediáticas (los bancos son mayoritariamente propietarios de los medios) hasta que Ciudadanos surgió en el horizonte como una solución deseada… La mutación de mentalidades en la ciudadanía española es un hecho contrastado y avanza sin pausa. Para explicarlo recurriremos al concepto de “meme”, cuyo origen proviene de la biología de los setenta –los entes replicadores de Dawkins- pero que William Durham en 1991 lo proyectó hacia el ecosistema social: el elemento incorpóreo que hace posible la replicación en cultura a través del lenguaje. Hoy día la mayoría de los antropólogos defiende que la cultura consiste exclusivamente en entidades mentales compartidas y transmitidas socialmente. Pues bien, los memes dominantes hasta hace poco en nuestra “ideosfera”, inoculados por el neoliberalismo, han quebrado; ahora sabemos que tras la apariencia lustrosa de vocablos como libre mercado, emprendimiento, desregulación… hay una voluntad de trasvasar fondos de los trabajadores y PYMES al capital globalizado. La estrategia del neoliberalismo, propulsada por Reagan y Thatcher y reactivada por la caída del Telón de acero, ha sido desenmascarada y la conciencia de este fraude se ha ido extendiendo entre buena parte del tejido social. Aquí el grosero modus operandi del gobierno de Rajoy ha contribuido todavía más a ese desencanto. Eso explica el resurgimiento de los movimientos sociales (las mareas), de la concienciación política y de su plasmación orgánica en los nuevos partidos. Los memes en alza, que Podemos fue pionero en catalizar, son la solidaridad, la participación, la igualdad, la honestidad, la fraternidad… Su expansión fue tal que los partidos tradicionales tuvieron que resetearse y hasta los medios de comunicación, controlados por los poderes financieros, no pudieron impedir que la ola renovadora se colara por sus entresijos. Es más, han intentado domesticarla convirtiéndola en espectáculo con debates políticos acaparando el prime time sabatino en las principales televisiones (no en una TVE de usos neofranquistas). La otra maniobra del establishment para reconducir este giro mental de la gente ha sido Ciudadanos. Este partido, que se presenta como nuevo tras acreditar en Cataluña una trayectoria de nueve años de corte claramente neoliberal, está sabiendo apropiarse de esos memes de renovación. Ha copiado parte de la estrategia de Podemos –indefinición ideológica, aire de modernidad, uso de la cultura digital- pero con la ventaja de que está siendo alentado por la mayoría de los medios de comunicación, que en este caso no le recriminan su ambigüedad, su falta de programa, su bisoñez política o sus fuentes de financiación. Ante la inexorable decadencia de la “vieja derecha” del PP, los poderes dominantes necesitan un recambio que sintonice con esas nuevas derivas de la mentalidad ciudadana. El partido de Albert Rivera será presentado como el reformismo necesario, el “cambio sensato”, al que también quiere apuntarse el PSOE, frente a los radicalismos, rupturas y populismos (¿hay mayor populismo que el del PP o Susana Díaz?). Ojo, porque este nuevo meme del “cambio sensato” –nada que ver con el trasnochado discurso del “sentido común” de un Rajoy sin credibilidad- parece estar ganando puntos a favor de Ciudadanos y PSOE en detrimento de Podemos… La Historia reciente demuestra la proverbial capacidad de los poderes dominantes para reconducir los verdaderos impulsos transformadores: Grecia es el postrer aviso; la última oleada revolucionaria (1968-1975) acabó desactivada -Mayo del 68, la Revolución de los Claveles, el sindicalismo británico, la UP chilena- mientras aquí se alumbraba el apaño de la Transición. Las fuerzas sociopolíticas que quieren ir más allá de la Transición han sabido subirse a la ola indignada de los memes renovadores, pero el sistema ya parece haber desarrollado sus propios anticuerpos. La ceremonia de la confusión está en marcha y cuenta con potentes nódulos mediáticos para expandir sus mensajes de mutación controlada. ¿Asistiremos a otro Gatopardo?